Contá tu relación con el fútbol, como terminaste siendo futbolista.

-Mi relación con el fútbol es la panza de mi vieja. Digo esto porque mi vieja siempre dijo que honrosamente ella estuvo hasta los 8 meses y medio de embarazo yendo a la cancha. Por ende, si es verdad que hay gente que se les pone Pink Floyd o distintas músicas a los bebés cuando están en la panza, sin ninguna duda mi relación con el fútbol está ahí: mi música en la panza era la hinchada de Independiente. Después está lo otro que es el juego. Contextualicemos: tengo 64 años, o sea que estamos hablando que yo tenía 3 o 4 años en el comienzo de los ´60s en un barrio, en un lugar próspero como lo era en aquel momento Buenos Aires, Argentina; y el salir a jugar a la vereda o a la calle era algo normal y hoy es impensado. El club de barrio era el lugar para jugar. No había escuelas de fútbol, no había nada de eso. La relación era todo el tiempo de ver el juego como diversión. Claro que estaba la bronca por la derrota, por el caño y las trompadas por las cargadas. Todo lo que podes tener en esas edades entre los 4 a 6 años en el desarrollo del crecimiento. Después vino el colegio y tuve la suerte que mis padres hayan elegido un colegio que tenía un gran preparador físico: el chileno Jara, a quien jamás olvidaré. El armaba olimpíadas. O sea, juegos olímpicos que a lo largo de todo el año vivíamos el proceso del juego olímpico para llegar al 21 de septiembre, día de la primavera, a la Olimpíada. Pero había que uniformarse, todo era por puntos, se sumaba por todo, había desde lanzamiento de garrocha a media maratón y la gran mayoría de los deportes. Todos teníamos que demostrar nuestras aptitudes a lo largo del año y después se elegían -me acuerdo del nombre y todo- tres adalides, que elegían quien iba a competir en esto y en aquello. Y nosotros teníamos un equipo de fútbol en la primaria que ya empezaba a ser muy competitivo, pero que en la secundaria se reforzó mucho, a tal punto que en primer año de secundaria yo ya era arquero de ese equipo. Con 13 años el equipo salió campeón ganándole al último año, 5to, en una final inolvidable, durísima y que se tuvieron que meter los profesores adentro de la cancha porque nos cagábamos a trompadas mal. A esos 13 años yo no tenía intención de convertirme en futbolista, pero me gustaba mucho el fútbol.

Sus años como arquero de Talleres de Remedios de Escalada, fútbol de ascenso argentino, década 70’s

Foto colección privada Ruso Verea

Tres compañeros de colegio se habían ido a anotar en Independiente. En esa época para poder probarte te tenías que anotar y te llegaba una carta del club. De ahí el tango “El sueño del pibe”, el que ha cantado hasta Maradona: “Mamita, mamita, el club me ha mandado hoy la citación, jugaré en primera, seré un Baldonedo, un Martino, un Boye…”. Fue un viernes, no me lo olvido más. Estábamos en el colegio a la mañana y vino uno, Mariano Villanueva, y me dice “Hoy voy a Independiente a probarme, somos varios, ¿por qué no te venís?”. Éramos todos del equipo campeón. “No, yo no tengo la citación ni nada, me van a pegar una patada en el culo”, les dije. “Dale Ruso, anda a buscar la ropa a tu casa y vení que nosotros te presentamos, dejate de joder Ruso, con el lomo que tenés!” Y bueno… de caradura fui. Le dije a mi vieja que no me haga de comer ni nada que me iba a probar a Independiente. “¿Qué? ¿Te anotaste y no me dijiste nada?”. Mi vieja tenía una activa participación política en el club. Fui, jugamos contra los que ya entrenaban y eran parte de Independiente, me metieron 9 goles y 7 me los hizo la Pepa Michelli, no me lo olvido más porque después jugué con él. Entonces terminé todo raspado, me fui a bañar caliente como una pipa. Y me fui. Saludé a los compañeros de colegio: “Chau me voy a la mierda”. Ni esperé que digan nada, ¡mirá si voy a quedar! ¡si me había comido mil goles! Y me gritan “Flaco ¿dónde vas? Vení acá, vos el viernes que viene venite de vuelta”. Y ahí empecé a ir todos los viernes. Cambié ese año completamente y me transformé en jugador de divisiones inferiores. Yo venía de la natación o sea que tenía seriamente incorporado el tema de entrenar, de cuidarme y vengo de un padre que fue ciclista y jugador de básquet. Así termine siendo futbolista.

División reserva del Club Atlético Independiente. Ruso es el arquero, buzo verde, quinto de izquierda a derecha en la fila de arriba. Además de haber sido arquero, Ruso es hincha fanático del legendario club del barrio de Avellaneda

Foto colección privada Ruso Verea

¿Y de ahí en adelante?

-Es muy distinto explicar cómo te vas transformando para ser un profesional: lo que es ser un profesional verdaderamente y lo que pasa al entrar a una cancha de fútbol para jugar profesionalmente. Es muy difícil explicar para el que no lo vivió. Por eso he declarado no hace mucho que daría la mitad de mi piel por un partido de fútbol ahora, en serio. Yo hace mucho tiempo que no puedo jugar más porque tengo las caderas con reemplazo total, no tengo meniscos, la artrosis me ha matado. Pero la realidad es que un partido de fútbol es acercarse a la máxima expresión en concentración, adrenalina, virtud, error, sobreponerse, disfrute, tensión, drama. ¡La crueldad! Porque la vivís todo el tiempo la crueldad, te la marcan todo el tiempo. Además si hay algo que tengo que reconocer es que tuve muy buenos profesores, cuando hablo de ‘profes’ no hablo de profes físicos sino que hablo de tipos que te fueron forjando. A mí en waterpolo rápidamente ante una derrota que yo me comí un gol, siendo yo un nene y entré al vestuario llorando, me agarro Eduardo Corcho que era el entrenador: “¿Por qué lloras?”. “Perdí el partido yo, Todo el sacrificio de los chicos y perdí el partido yo”. Me dijo: “Bueno, si hay algo que vas a aprender de ahora en más es a competir, porque la competencia te enseña que podes perder. ¿Vos dejaste todo? ¿Te equivocaste a propósito?”. “No, pero…”. “Bueno, listo, volvete a tu casa”. Eso me marcó para siempre, porque una cosa que yo no sabía era que yo me tenía que divertir. Si yo no me divierto, ¿para qué mierda hago esto? Entonces cuando yo hablo de fútbol, cuando me enfrento ante la alternativa de una nota o a explicar un partido de fútbol porque me contrataron para la televisión, lo que intento es que la gente trate de desdramatizar. Eso si no es divertido, no puede ser para un futbolista. No puede ser que un futbolista diga diez años después de que se retiró que si sintió placer de haber jugado esa final que perdió. Y en el medio de eso también tengo que decirlo, aunque parezca una locura, soy de una generación en donde… años ´60s, hippies, guerras, rock and roll, pasaron tantas cosas y todas esas cosas estaban en la búsqueda de algo que se presupone tiene que ver con como acercarse a la felicidad en mundos de mierda, porque también si hay algo que nos enseña el día a día es que el mundo es cada vez mas de mierda. Yo escucho hoy a los chicos que cantan rap. ¿Y cómo no van a acercarse a ese estilo? ¿Cómo no van a buscar identidad en ese estilo? No es muy complicado. Son generaciones de abúlicos a los cuales se los ha incentivado y motivado muy poco, porque está casi todo al alcance de la mano. Bienvenido por ellos. Segundo, no importa si cantan bien o no saben cantar, una máquina los ayuda, no importa si saben o no de música porque compran las pistas, no importa si editan bien o mal porque contratan un productor que les hace todo. Ahora ¿de qué hablan?¡ De las mismas cosas que hablábamos nosotros en los ´50s, en los ´60s, ´70s y en los ´80s! ¿Cuánto cambio el mundo en pos de cuál es la urgencia, la necesidad no solo de un adolescente, de una vida en un acercamiento a la felicidad? ¡Muy poco! En ese contexto yo era un futbolista que tenía rock & roll porque siempre fui un futbolista y voy a seguir siéndolo. Yo no soy un músico, yo parto de la admiración, por eso conservé el lugar. El escenario es de ellos, no es mío, igual como la cancha es del futbolista.

¿Cómo fue tu trayectoria posterior como futbolista?

  • Inferiores del Club Atlético Independiente, desde la 9na hasta la 3era división, y formé parte del plantel de Primera pero nunca jugué. Pasé a préstamo un año a Talleres de Remedios de Escalada, 3ra división del fútbol argentino y salí campeón en 1978, jugué 30 partidos, después me echaron y entró a jugar otro. Ahí me compra Deportivo Español, años ´79-´80; en el ´79 ascendimos, juego 20 partidos y después agarró el arco Pedro Catalano (arquero récord total) y no lo largó nunca más. Siempre en Primera C, nunca en Primera A, siempre futbol de ascenso. Después otra vez a Talleres y Argentinos de Quilmes, y así consumí casi 10 años de mi vida. Después jugué lo que hoy son Regionales, los campeonatos del interior. Se jugaba los fines de semana y yo ya viajaba y jugaba el fin de semana allá, viajaba el viernes, sábado, el domingo se jugaba y me volvía a Buenos Aires. Jugué en distintas ligas: Liga de Vedia, Liga de la Costa, en la de Madariaga. Esos fueron mis últimos 5, 6 años. Las lesiones me fueron postergando y dejé de jugar en 1991. Del ´78 al ´91 fue mi carrera.

Equipo de Deportivo Español 1979, campeón de Primera C (3era división de aquel entonces en el fútbol argentino). Ruso es el arquero, último a la derecha en la fila de arriba

Foto colección privada Ruso Verea

Y así como dijiste que el fútbol te vino de la panza de tu vieja ¿el rock de dónde?

-El rock me vino porque en mi casa sonó música y la radio toda la vida. Calcula que soy de esa época que ya te conté. La televisión se encendía a las 6 de la tarde. Entonces la radio estaba desde que te levantabas hasta que te acostabas, y en esa radio sonaban Beatles, Rolling Stones y las primeras bandas de acá. Pero también fue por intermedio de una tía, porque al lado de mi casa había una casa de artículos para el hogar con un anexo de disquería. Y yo iba y compraba porque mi tía me permitía comprar de a 2 o 3 discos simples por semana. Y ahí descubrí a Jethro Tull. Y listo. Se acabó todo, de ahí en más. Con 11 años, el primer disco “This was” y un simple “Una canción para Jeffrey” que del otro lado se llamaba “Me está destrozando”. Esa mezcla de blues, rock progresivo, la armónica, la flauta, todo eso me transportó. Lo escuche como 15 o 16 veces de cada lado y volví loca a mi tía hasta que me consiguió el Long-Play. Y de ahí en más fue un disparador brutal en mi vida. Brutal. Y a la noche eran las radios y los programas, p.ej. “Modart en la noche” que era un programa auspiciado por una casa de ropa.

¿La primer banda que te marcó fue Jethro Tull?

-¡¡Jethro Tull!! Y porque la radio es cómo uno llegaba a conocer grupos. Hoy casi no hay bailes de rock además y en esa época estaban los bailes de rock. Y tenías que saber bailar rock, sino, no bailabas. Y ahí sonaba de todo: rock, Johnny Rivers, Creedence, Stones, Chuck Berry, Little Richard. Era tremendo. Yo conocí a la que es mi mujer hoy, hace 47 años, en una rockería, un baile de domingo que se llamaba “Patas” donde solo sonaba rock. Te guste o no te guste, ese coctktail está todo adentro mío. Imaginate que mis viejos fueron bailarines de tango de la orquesta de Ricardo Tanturi. Y de verlos bailando swing te morías, o bailando a Oscar Alemán. Me pasaba algo con ellos, yo de nenito y pantalón corto, 4 o 5 años; en las fiestas mis viejos se ponían a bailar y quedaban solos en la pista y a mí me daba vergüenza; yo salía corriendo y me ponía entre las piernas de ellos para pararlos y me sacaban para que vieran bailar a mis viejos. Hasta que me explicaron que los dejaban solos porque eran unos fenómenos bailando. Mirá vos que locura. Con el fútbol igual, era entrenar con remeras de mangas anchas, la foto de Led Zeppelin en el pecho, una polera, pelo largo, el preparador físico te decía “Éste está listo”, así que si yo me equivocaba me sacaban porque era el loco. Encima quería imitar al Loco Gatti en un club como Independiente que tenía a Santoro como lo que es.

¿Y cómo llegas a la radio?

-Eso es absolutamente casual. Si bien yo era un ser que consumía radio desde muy chiquitito por esta cosa del clan familiar, fue la radio lo que me hizo un enfermo, todo eso que sigo siendo hoy con 64 años. Te puedo nombrar todos los programas que a la noche escuché: “Modart en la noche”, “Música con Thompson y Williams”, “Ventil viento a favor” con Alfredo Rosso y Fernando Basabru que después se acercó Claudio Kleiman. Ese era un programa increíble porque tenía dos de los mejores del mundo. Después estaba Juan Alberto Badía con Graciela Mancuso. O Fito Salinas. Y obvio “El tren fantasma”. Y ahí se acabó todo. Porque “El tren fantasma” era una cosa muy difícil de explicar. Era en AM y los fines de semana y duraba 5 horas. Después pasó a FM y después lo tuvo Rock & Pop, pero ya era otra cosa a ese. Sus separadores, el estilo, las formas, la presentación, vos calculá que uno de los musicalizadores de ese programa original fue después baterista de la banda Alphonso S'Entrega. Entonces vos escuchabas ska cuando nadie sabía ni qué carajo era el ska, vos escuchabas música que no podías creer. Ahí descubrí a Freddy King. Yo sabía de BB King y de Albert King ¿Freddy? Ni sabía. Y así todo el tiempo. Entonces ese “Tren fantasma” me marcó para siempre y yo intenté hacer un pequeño homenaje con “El circo miserable” que era solo eso, un pequeño homenaje y tuve la suerte de poder hacerle grabar a Omar Cerasuolo, el locutor original de “El Tren”, los separadores. Para mí fue una emoción descomunal.

Antiguo volante de los comienzo de “Heavy Rock & Pop”

Pero después, ¿cómo llegas a la FM Rock & Pop?

-Yo vendía discos. Entre muchas cosas que hice, vendí discos. Lalo Mir ya tenía “Radio Bangkok”, que explotaba. Yo iba a las mañanas a vender discos, entonces por ahí estaba en el control mientras ellos hablaban, y de golpe Lalo venía y decía “Norberto vení , hace de tal cosa”. “¿Que tengo que hacer? “Tal cosa” y lo hacía. “Ahora hacé de empleado público, negale todo, decile que le falta un papel”. Boludeces así al micrófono, que se daban solo porque estaba ahí vendiendo discos. Y un día le escribí “Un tour al Golfo Pérsico”. Año 89 cuando los yankees dicen “bueno el petróleo esta acá”. Y ahí mandé “Un tour al Golfo Pérsico” que yo quería que leyeran ellos y llevé discos de punk español a morir -Seguridad Social, Ilegales- todo una bocha para pasar y le dije “tomá con esta discografía va a estar bueno, te vas a cagar de risa”. “No. Veni, sentate vos, te presento…”me dice Lalo. Bueno… Hicimos una hora al aire hasta llamó Grinbank –dueño de la radio- puteándolos a todos y diciendo que iba a cagar a trompadas a todo el mundo, que me sacaran del aire. Imaginate un programa que escuchan un millón de personas todos los días, ¡y ponen al boludo que vende discos haciendo un tour al Golfo Pérsico! ¡¡durante una hora!! Resulta que Grinbank llegó a la casa y la mujer le dijo “Que tremendo lo de Lalo”. “No me hables que lo voy a matar”. “No! Si me cagué de risa” le dijo la mujer. La gerenta administrativa estaba operada de hemorroides y le dijo a Grinbank “Apagué la radio porque me dolía el culo de reírme”. Entonces un día voy a vender discos y me acuerdo como si fuera hoy. Quique Prosen (el director musical de la radio) me dice “Vení que tengo que hablar con vos” y viene también Alicia Daiam, la gerenta. “¿Qué paso, algún problema con una boleta?” les digo. “No, Ruso. Relájate y sentate ¿No queres musicalizar y producir el Heavy Rock & Pop? ¿Lo escuchaste?”. Y sí, yo lo escuchaba porque hacía un mes y medio que ya estaba al aire y salía los domingos a la noche grabado. Pero le faltaba música… “Por eso mismo Ruso, nosotros no vamos a invertir en ese programa, la noche de Rock & Pop está muerta, no mide, no existe; ¿porque no lo producís y musicalizas? Sentémonos a hablar”. Le dije: “¿Te parece? Nunca hice radio”. Esto fue en principios del ´90 porque salió en Mayo. El caso es que a los dos días, cuando fui a terminar el acuerdo, me dicen: “Pensate algo porque queremos que salgas al aire, vas a estar Alejandro Nagy que es un locutor y tiene experiencia, así que despacio”. Bueno… El 1ro de mayo de 1990 estaba haciendo radio. Llevo 30 años, casi 31 ya.

¿De todos los invitados que tuviste en la Heavy cuales son los que más recordás?

-Hay muchos. Vos calculá que estábamos en la cresta de la ola en un momento que venía todo el mundo a tocar a Argentina. Tuvimos a La Polla Records que no daban notas, tuve la banda completa, con una cara de culo de Evaristo imparable y después terminamos comiendo salames, embutidos y vinos al otro día antes del show. La primera visita internacional fue Joey Ramone. Ese día se cayó de la silla, se le rompieron los lentes, le servimos un café que era petróleo, un desastre ¡todo mal! Tuqui trayéndole discos, lleno de discos de vinilo, haciéndose el chistoso viene con uno de Madonna y Joey al aire dice “No voy a poner Madonna pero la verdad que lo merecería porque tiene muchos más cojones que muchos de los que andan en el rock and roll”. Después Joey pidiendo venir al programa porque él quería traer música para que sus fans escucharan otras cosas.

Ruso Verea junto a Joey Ramone y Campino, estudios de FM Rock & Pop, 14.09.1992

Foto Andres Violanta (www.andresviolante.com.ar / instagram/afviolante / facebook/afviolante)

Steve Jones y su dureza, y no hablo de drogas, hablo de su vida dura, de contar que su madre prefirió irse con su padrastro en vez de quedarse con él. Jugar al fútbol con Steve Jones. Que entre Tommy Iommi y te diga: “Norberto, gracias por invitarme a tu show, es un honor para nosotros” y atrás entra Ronnie James Dio. Que venga Kreator todos enojados de la vida. Los Anthrax todos. Suicidal Tendencies con nuestra traductora, Laurita California, y con Trujillo que habla perfecto castellano y no podía creer que Laurita tradujera a los cinco porque le hablaban todos juntos los hijos de puta.

Y Lemmy…

-A Lemmy lo dejo a parte porque era mi ídolo, entonces había una cosa muy diferente. Igual los primeros tres años no venía a la radio. “Yo no tengo nada que hacer a las 00hs, a esa hora tengo que estar en la cama con mujeres y no hablando boludeces en una radio” Y no venía… Después vino y era un festival hasta las 4 de la mañana. ¡Slash! Ya como Slash, no con Guns & Roses. Yo hago una nota a la mañana con él y cuando estamos en la foto final, lo abrazo y le digo que moriría por tenerlo en la radio porque el caudal musical de él era tan grande. Me dice “¿Para qué me querés llevar?”. “Para que pongas música”. “¿Y qué música elegiría yo?” me dice. “Yo te llevo 300 discos…” Me miro de costado y me dijo “¿En serio? Mira que por ahí lo hago”. A las 5 de la tarde me llaman de Rock & Pop, de la parte administrativa de la radio “La puta que te parió, ¿Sabés lo que va a ser esto? ¿Sabés el operativo que hay que armar?” Porque dónde el tipo abra la boca al aire, explota la radio, explotan los alrededores. Y me dijeron “Pidió que prepares los 300 discos y lleves vodka ruso que el lleva los jugos de arándanos. Y Gilby Clarke quiere limón, sal y Corona, y los otros quieren sidra”. La primera vez que vino Bruce Dickinson, solo, a presentar “Fear of the dark”. ¡Se me juntaron 400 monos afuera! Y no podía salir y él diciéndome: “¿No previeron esto? Y yo ahora tengo que saludar a 400 personas, son las 4:30AM y estoy borracho”. “Si vos me prometes que lo haces, es una foto y un autógrafo por cabeza yo lo organizo”. Imaginate, se traían de a 40 discos los chabones, venían del barrio con todos los amigos, Dickinson dijo que firmaría un disco y una foto, fui y hablé con la gente para ordenarlos, les hice dar toda la vuelta por la Avenida Belgrano y atrás por Paseo Colon y así fue, uno por uno, se fue a las 5:30 de la mañana... Blackie Lawless, un domingo, me espera él con pizza, yo llego tarde, la pizza fría, un tipo de 2mts con las patas metidas en el estudio diciéndome “Que bonito, se me enfriaron las pizzas ¿y ahora qué hago?”. Blackie Lawless se fue a las 4:30 de la mañana haciendo lo mismo que Dickinson. Una de las veces que vino Joey, en la radio Buenos Aires pegado al lado estaba un famoso locutor, Riverito, que había dejado el auto en la puerta. ¡Le pintaron todo el auto! ¡¡La cara de la mujer de Riverito con el ‘Ramones’ escrito en el vidrio del acompañante!! Nos quería matar. Y así, tengo millones de esas…

Ninguna como Sebastian Bach. Imagino…

-Sebastian Bach llego pasadísimo, totalmente cocinado. Y yo tengo la fortuna o la desgracia de mostrarle “March ör Die” de Motorhead que había salido la noche anterior y a mí me lo habían traído. “¡No! El nuevo disco de Motorhead” empezó a gritar. Ve que está “Cat scratch fever” de Ted Nugent y entra a golpear el vidrio. “¡Quiero escuchar esto ahora!”. Ponemos el disco y empieza todo. Rachel Bolan se levanta y se va. El batero se quería garchar a una piba en el pasillo, no le importaba nada. Y este totalmente sacado golpeaba el vidrio gritando “Cat scratch fever”. Ese día iba a debutar una chica nueva traduciendo que hablaba inglés maravillosamente, pero nunca había hecho nada en radio. Entre los nervios de salir al aire y verse a este tipo, porque Bach medía 2 metros, hermoso, y después termina sacando la verga para tratar de mear en el cenicero, con mi compañero Nagy con la verga del tipo arriba del hombro, levantándose y diciéndole “¡Te vas al carajo!”. La piba pobrecita estaba colorada, no sabía para donde ir y yo le decía “Bienvenida al rock and roll”. No pudimos hacer nada, fueron tres saludos, tres preguntas, tres respuestas pelotudas y se acabó la nota. El tipo me agarraba del cogote y me decía “¡Vámonos a la mierda, que el hotel está lleno de minas, ¿Qué mierda hacemos acá? Vámonos a la mierda!”. Imposible. ¿Sabes cómo se fue? En el auto del Chino, el entonces bajista de Escocia y hoy dueño de Vorterix, que tenía un Peugeot 504. Al remís que los había traído ni se subió, se subió al primero que entró y estaba el Chino, le abrió el techo, se paró en el 504, iban por Paseo Colón al Sheraton, levantando los brazos cual barrabrava en el medio de un triunfo. También vino Ian Anderson de Jethro Tull. El mismo día que vi a Lemmy a las 6:30 de la tarde en el Sheraton, a la noche viene Ian Anderson al estudio.

Ese día te podían matar que era imposible fueras a ser más feliz.

-Es más, yo le cuento a Lemmy que a la noche voy a tener a Ian Anderson y Lemmy me dice “Mandale mis respetos”. Después le cuento a él y me dice “¿Estuviste con Lemmy? Me hubieras avisado. ¡Todavía me debe una libra ese hijo de puta! Hace como treinta años le presté una libra y no me la devolvió”. Al tipo le habían dicho que yo era enfermo de Jethro Tull y que hacia el Heavy Rock and pop y que había empezado con él. Llegó, saludó a todo el mundo, preguntó dónde está el baño, fue, se lavó las manos, volvió y dijo: “No voy a tocar a nadie más porque voy a agarrar la flauta”. Tocó “Bouree” y “Rocks on the road” en vivo. Trajo un DAT con un parlantito, enchufado, acomodó el micrófono, se puso auriculares para ver como salía. Él mismo se produjo todo con el operador del otro lado, OK de por medio largó el DAT con la música y se puso armónica y todo.

El Ruso en su mundo: un estudio de radio y un micrófono

¡Y vos te habrás puesto a llorar!

-Yo no la podía creer. A veces digo que son premios que te da la vida, que yo no sé si los merecía o no, pero son cosas que me pasaron, me sucedieron, estamos hablando de visitas internacionales. Hasta bluseros vinieron. Magic Slim cuando vino en el estudio nos pusimos a tomar mate, raro porque todas las noches era alcohol. Y cuando le ofrecemos mate a Magic Slim responde: “No gracias. Dejé las drogas hace mucho tiempo”. Llorábamos de la risa. James Cotton tocando la armónica. Taj Mahal vino a las 2 de la mañana una noche que se llovía todo y se bajó de un taxi solo. Yo había estado en una clase que había dado a la tarde en una casa de música y lo había invitado y vino solo, subió y toco un tema.

Y los Hosen, ¿Por qué aparecen los Hosen?

¡Por Piltrafa! Pil viene a hacer una nota. Yo vi el segundo show de los Violadores, con Cristina, mi mujer, y desde ahí que tengo una relación con él. Un dia viene y me dice (otro más que me dice Norberto): “Norberto, tengo un cassette de una banda alemana que me gustaría que escuches”. Le dije: “No. Vamos directo al aire. Si lo traes vos Pil al aire, arriba, andá, poné en punta el tema que queres y contanos quienes son”. De ahí en más nace un amor incomparable por muchas razones. La llegada de los Hosen se da cuando estaban los Ramones en ese mismo momento en Buenos Aires. ¡Imaginate! El show de Halley, la anécdota de Mundy Epifanio (Manager de Halley Rock Club) que se me acerca cuando Campino se cuelga del techo y me dice “Que suerte que se agarró de esos caños porque si se agarraba de los otros, se cae y se mata”. Empezaron a sonar con ese casete que trajo Pil Trafa. Y todo fue creciendo porque la gente fue pidiendo un poco mas. Pil no es ningún tonto y supo que elegir y que pasar, contó la historia de “Bommerlunder” y entonces ¿qué paso? Empezaron a caer mensajes y mensajes, que la gente quería escucharlos. Y empezamos a ponerlos. Por supuesto salimos a buscar discos, y en eso ayudó muchísimo Michael Reichel, el famoso alemán, un tipo increíble que ha vivido en mi casa y yo he vivido en la casa de él cuando fue el Mundial de Alemania. El asunto con los Hosen, ellos empezaron a crecer por si solos, por su música. Y después empezó toda esta cosa del nombre. Imposible decir Die Toten Hosen. Impronunciable. El que mejor lo podía pronunciar era Nagy, no en un correcto alemán pero si en algo que se parecía. Y ahí salió “Los Tito de Once” por la fonética en vez de Die Toten Hosen. Eran Los Tito de Once. Y ya la gente empezó a pedir “Poné los Tito de Once”. Vinieron a tocar. Punks, alemanes, rubios, borrachines y vestidos de multicolor. Los shows eran divertidos, no dejaban de decir cosas, siempre; comprometidos, siempre. Y subidos al carro de la joda imparable. Donde hay una fiesta, ¡Vamos!

¿Cuáles fueron tus primeras impresiones cuando los conociste?

-Yo estaba haciendo “El especial de la casa” en Much Music, lleno de luces. Campino súper predispuesto. Breiti lo mismo y ya queriendo con su castellano poder mechar palabras. Estaba el baterista que después tuvo que dejar por los problemas de espalda. ¡Y Kuddel se nos dormía! Kuddel estaba cansado, tomó mucha cerveza, hacía mucho calor porque hicimos un especial para la tele. Lo más importante es que ellos apoyaron su música con presencia física, y la presencia física con una banda como los Die Toten Hosen impone, resalta y a la vez agranda la potencia musical. Es una banda que ya dejó de ser punk, pero no por lo multitudinaria o por el éxito logrado, sino por una simple razón de conclusión de cómo ellos avanzaron en sus vidas y como desde ahí no tuvieron miedo a abrier el abanico. ¿Cómo no va a ganar una banda así? Después esta todo lo nuestro, lo pasional, lo onomatopéyico, el ir a cantar en alemán ni sabiendo cómo decir “Auf Wiedersehen”, no importa. Y ese ida y vuelta contagia, y ese contagio está ligado a un hecho absolutamente futbolístico, aunque yo nunca mezclo el fútbol con el arte, o en este caso con la música, pero si bien hay raíces porque ellos y el Fortuna Düsseldorf y su manera de apoyar al club. Y el hincha como es acá con esa necesidad de mostrar desde lo pasional, de la bandera y todo lo demás. Son una banda muy de cancha. Sus apariciones en las canchas. El querer estar siempre en contacto con lo popular, el ir y tocar en San Telmo, no tener ningun problema en hacer un estadio o meterse en un cuchitril de 200 personas o tocar en un balcón. Acciones. Todo eso refuerza lo otro que es lo mas importante: su música, su arte. El movimiento Hosen en Argentina tiene que ver con como ellos comprometieron su actitud a su música.

¿Cual importante pensas que fue para los Hosen tocar en el River de los Ramones?

-Creo que para ellos fue algo impensado, que ante la alternativa de la oportunidad dijeron: “Es ahora o nunca más”, porque se sabía que era nunca más. Y es ser parte de la historia. Y ser parte en un lugar del mundo como este donde los Ramones fueron los Beatles, participar de esa despedida junto a ni más ni menos que a la Iguana, a Iggy, eso es un premio. Como decir “Vieja: Llegué. Acá estoy. No fue al pedo”.

River Plate Stadion 1996

Foto Fryderyk Gabowicz

¿Qué crees que hace que la banda siga tan vigente en Argentina, siendo que van a ser ya 30 años desde que vinieron por primera vez?

-Que su música es superadora primero. Y segundo que la gente no se cerró. Su música se fue abriendo y hay mucha más gente que se animó a escuchar Hosen que no los hubiera escuchado, y los fans más primitivos de la primer época lo dejaron, cosa que con los grupos de acá no era así. Y eso nos debería hacer pensar sobre nuestra propia pobreza intelectual. Porque acá p.ej. vino BB King y dijo “¡Pappo!” y los que no se bancaban a Pappo no pudieron decir nada. ¿Porqué los que vienen de afuera si y los nuestros no? Eso deberíamos cuestionárnoslo. Y los Hosen eso lo lograron, la pucha si lo lograron. Vos llevas gente a shows de los Hosen y… Mirá, me ha pasado en Auditorio Sur (2010), yo llevé a cinco chabones que no los habían visto nunca en su vida: uno arquitecto, otro empresario textil, otro rey de las revistas de sibaritas esos que hablan de aceite de oliva y vinos. Terminaron todos en el pogo, transpirados, empapados, tirándose arriba de la gente, no les importaba nada. Gente de 50 años que no conocían un puto tema, que salimos de ahí y me dijeron ”Mirá que no termina la noche acá, Ruso”. Tuve que llamar a una parrilla en Lanús que estaba por cerrar y le dije “Loco, mira que vamos, somos 10, prepará 10 botellas de vino porque estamos para hacer un quilombo bárbaro porque la excitación era total”. ¿Me entendés? ¡Tipos de 50 años! Me decían:“Estos tipos me mataron, la energía que tienen”. Tipos pudientes todos que fueron a comprarse todos los discos, a mirar los videos. Hoy tocan los Hosen y vamos todos juntos.

¿Cuál es tu momento o anécdota favorita que viviste junto a los Hosen?

-Lo que te conté de Mundy Epifanio en Halley fue muy especial, porque yo te lo conté al pasar, pero si te cuento la secuencia total es brava. Porque Campino se empezó a trepar. Y yo lo miro a Mundy y le digo: “¿Vos sabes que si? ¡Siempre se cuelga del techo!“. Y el me dice “Si, ya se, Ruso, ya se. Ojalá no agarre ‘el’ caño”. “Cómo que ¿’el’ caño?” le dije. Y este loco se trepaba… “¡Hay que avisarle!”. “No, Ruso. Ya es tarde, ya no se puede. La banda está sonando y ya está trepando”. Y de golpe queda colgado de uno de los caños. La gente se volvía loca. Loca. El tipo estaba ahí, estamos hablando de varios metros de alto. Y Mundy me tira la frase: “Que suerte que se agarró de ese caño y no del otro, sino queda destrozado contra el piso”. Esa es una memorable, porque era debut y despedida.

¡Y cuando los presentaste como huéspedes de honor de la Ciudad en el 2012?

-Eso fue algo especial para mí. Ahí en el micro-estadio de Argentinos Jrs. Eso fue muy lindo, porque tengo que reconocer que ahí Campino le dice a la gente lo que ellos piensan de mí, ¡y de qué manera! Yo no quería salir al escenario. No quería salir. Les dije que hablaba de atrás con el micrófono y lo anunciaba. Porque el escenario ya lo dije antes, es de los músicos. Vino Campino y me dijo: “Si no salís, no lo hacemos”. Y me cagó. Porque el escenario es de los músicos y ellos son los que mandan. Fue muy loco que hubiese una persona de la política ahí arriba. Y Campino va y rompe con eso, rompe el protocolo y le da un chupón a la legisladora que había presentado el proyecto que dos locos hermosos le habían llevado. Todo eso es parte de algo que también tiene que ver con algo muy nuestro. Dejá de lado el aprovechamiento político. Hay dos pibes que quemaron los huevos en las redes y que quemaron los huevos para que llegue a una política y ella consiga que se los nombre ‘Ciudadanos de Honor’. Entonces también ahí es donde te parás y decís “Es tan nuestro esto. ¡Tan nuestro!” Y la banda, que yo sé que lo vinculan con el orgullo… pero que por el otro lado, también tienen que seguir haciendo lo que tienen que seguir haciendo, que es “¡Ma’ qué ciudadano de honor! ¡¡Fuck you!!”. Y su manera de hacerlo fue chaparse a la legisladora arriba del escenario.

Campino y Breiti entrevistados por el Ruso, FM Cantilo, City Bell (La Plata) 04.10.2017

Foto Vanesa Mercado

¿Qué opinas de cómo está afectando todo lo que está pasando este año y pico de pandemia?

-A ver… Pandemia: Distintos lugares del mundo, distintos niveles de organización, distintos niveles de conductores, me refiero a líderes y distintos niveles de posibilidades no solo desde lo económico y de infraestructura, sino también de poder. Por ende, está hablándote alguien desde la Argentina, subdesarrollo. Yo la pandemia la vivo de esta manera, desde un lugar absoluto de ignorancia total. Soy un ignorante, por ende, escucho. Emil Cioran decía que ojala él fuera un ignorante porque viven mucho mejor que aquel que intenta entender todo. Yo parto desde otro lugar, como soy un ignorante, escucho y me someto, acato. Entonces hoy estoy sometido a la contradicción de los que saben. Hoy ya estamos con vacunas, en fase 3, rápidas, con necesidad de que sean aprobadas mucho antes de lo que cualquier vacuna en una estructura podría haber sido aprobada. Era una urgencia mundial, lo entiendo; pero la realidad es que los laboratorios hicieron firmar a todos los países que ante la alternativa de contraindicaciones alguien se tendría que hacer cargo, porque ellos no lo iban a hacer. En ese punto y ante esta contradicción tengo que decirte que Argentina es un país muy especial. Acá en dos meses éramos todos infectólogos, a los cuatro meses éramos todos emergentólogos, a los seis éramos del comité de crisis, a los ocho éramos terapistas. Y ahora somos todos los hermanos de Pasteur, a tal punto que discutimos que vacuna es mejor, sin saber nada. Por ende, hoy sigo sometido a la contradicción de los que saben, partiendo de la ignorancia.