Ya con un buen número de seguidores propios, para Marzo de 1996 los Toten Hosen logran confirmar algo que sería su primer gran acierto para terminar de conquistar al público argentino: vienen por tercera vez al país, pero ésta vez para actuar como invitados del show final de los Ramones, en el estadio de fútbol del club River Plate ante casi 60.000 fanáticos de los neoyorquinos, que quedaron literalmente pasmadas ante las piruetas y acrobacias de Campino quien se trepo al techo del escenario. Tras los shows de los locales Superuva, 2 Minutos y Attaque 77, los Hosen precedieron al legendario Iggy Pop. Por supuesto, los Ramones eran el grupo de cierre. Era el más grande concierto de su historia. Nunca antes habían encabezado un show propio ante tal multitud.

Entrada para el show despedida de Ramones con DTH como invitado

Andi: Fue un honor ser invitados allí, porque los Ramones para nosotros también son ídolos absolutos. Fue su último concierto fuera de EE.UU. En aquel entonces incluso fue anunciado como definitivamente su ‘último concierto’. Es un país en el cual seguramente tuvieron y tienen los máximos y más numerosos fans. No creo que en algún otro país hayan sido tan grandes como en la Argentina. A nosotros nos alegró mucho el haber sido invitados para tocar allí. Es algo que nunca se olvidará, sencillamente, porque fue muy especial. Una imagen que probablemente no se vea nunca más. El estadio de River Plate es condenadamente grande y no me puedo acordar de haber visto alguna vez un concierto de al que acudieran 50.000 punk rockers.

La Ramone-Manía estaba en su punto de máxima ebullición, en una velada por demás especial para todos sus fans, ¡incluídos los propios Hosen! Aquello fue el sábado 16 de marzo de 1996.

Un fan tratando de convencer a Breiti por cual equipo argentino hinchar

Campino: Realmente queria ver a los Ramones una ultima vez, estaba totalmente orgulloso, mas aun frente a 50,000 fanaticos. Era como una iglesia. Para mi el mejor momento fue cuando pusieron el tape con la intro de Ramones “Lo bueno, lo malo y lo feo” y la gente cantaba “Raaamooonees”. Era algo casi religioso, sin duda uno de los mejores momentos de mi vida presenciar eso.

Andi: Todos teníamos en mente: esta es ahora la última vez que vemos a los Ramones. Cuando 50.000 fanáticos argentinos acompañan cantando cada canción de los Ramones, esta es una imagen que difícilmente se pueda superar. Al mismo tiempo, fue muy salvaje: el stand oficial del merchandise fue completamente saqueado por los fanáticos. ¡Ahí no quedó nada! Ese día, de alguna forma, todo salió bien; para nosotros también todo salió bien: la gente nos recibió muy bien. Y seguramente esa noche acudieron muchos que antes no nos conocían y que nos conocieron allí. Los Ramones también estaban de muy buen humor, nos encontramos brevemente en camarines. Algo que aún recuerdo es que tenían enormes ventiladores debajo del escenario, que estaban orientados hacia el público. Eso fue en el tiempo que en la Argentina era aún muy popular escupir a los músicos, y eso en el escenario puede ser muy desagradable. Cuando los Ramones subieron al escenario, los primeros en el campo tiraban mocos y los mocos simplemente les volvían. Con lo cual esto terminó rápidamente.

Para aprovechar el efecto sorpresa los Hosen programaron un show propio para el día siguiente, el cual solo fue publicitado mediante millares de panfletos repartidos en las inmediaciones del Estadio River la noche anterior. Aquel hoy lejano show en el desaparecido “Dr. Jekyll” (ex Prix D’Ami) sobre la calle Monroe, en el barrio de Belgrano, donde el ex-Violadores Stuka con sus Stukas en Vuelo fueron los invitados, fue una noche sin dudas para recordar por muchos motivos. El lleno era total. Y en el sector VIP había un invitado muy especial, que espontáneamente subió al escenario a cantar una canción junto a los Hosen.

Iggy en escena con los Hosen

Andi: El viaje a la Argentina fue muy especial para nosotros, porque en ocasión del concierto de los Ramones hablamos con Iggy Pop y le contamos, que tocaríamos en un Club: ‘Dr. Jekyll- El dijo que pasaría a vernos. Estas son cosas que se suelen decir. Y nunca pensamos que aparecería por allí. Y cuando estábamos tocando, repentinamente Iggy Pop estaba parado arriba en la galería del club. Campino subió entonces, lo saludó y le preguntó, si tenía ganas de acompañarnos en el escenario, lo que él hizo inmediatamente. Enseguida agarró el micrófono. Lamentablemente en aquel entonces nosotros aún no estábamos en condiciones de tocar alguna canción de Iggy Pop de memoria.

Breiti: Queríamos a toda costa tocar en un club el día después del concierto en el estadio. Cuando de hecho Iggy Pop estuvo parado en la galería del club y vino con nosotros al escenario, tocamos con él 'Wild Thing’ un clásico de The Troggs. Hicimos esa porque tiene tres acordes y nosotros no sabíamos otra cosa. Poco tiempo después, en la siguiente gira, comenzamos a tocar 'The Passenger’, para que no nos suceda otra vez que Iggy Pop aparezca de nuevo en algún lugar de casualidad y nosotros no podamos tocar ninguna canción suya.

Andi: Hubo que ponerse de acuerdo con ‘Wild Thing’. Eso lo podía cantar él y lo sabíamos tocar. En el escenario, él tuvo inmediatamente una inmensa presencia. Eso fue una vivencia, como no se tiene con tanta frecuencia: estar junto a Iggy Pop en el escenario de un club.

Campino: Sin dudas, haber tocado con Iggy es uno de mis diez momentos favoritos de mi carrera musical.

Mas allá de esto, el show en sí fue muy salvaje, brindando todo tanto arriba como abajo del escenario.

Más caos en el escenario de Dr. Jekyll
(Foto: Resakka)

Breiti: El paso de la gente del público hacia el escenario y su salto de vuelta al público era como una autopista. La gente se apostaba a la derecha y a la izquierda del escenario en dos filas. Todo el tiempo las personas se subían y saltaban del escenario. Fue muy divertido mirar las posturas de los cuerpos y los diferentes estilos sin temer en absoluto que se hicieran daño cuando se tiraban a la multitud.

Como corolario, Campino además saltó del balcón y se lastimó su brazo, dejando una importante lesión en el mismo.

Esta era la entrada para el show de Dr. Jekyll que no decía el nombre del artista

Campino: No me quebré el codo, sino que me abrí el brazo y durante aquella noche ni me di cuenta. Fué una de las pocas noches en mi vida en la que realmente pensé que podía volar. Un rato antes habíamos terminado de tocar nuestro concierto en el estadio de River Plate y estábamos tocando en el club e Iggy Pop estaba parado en la galería y de repente saltó al escenario. Fué un verdadero éxtasis. Yo tenía la sensación de que me podía tirar ahí abajo desde cualquier lado y que me iban a agarrar. Que no podía pasar nada. Tampoco pasó nada... despues del recital no sentí absolutamente nada... Fue realmente una de las diez noches top de mi vida. Todos los que estuvieron ahí no tenían palabras para describirlo. Después estuvimos festejando un poco y recién cuando a la mañana siguiente me desperté en el hotel me dí cuenta como sobresalía y colgaba un pedazo de carne de mi brazo. En ese momento, caí en la cuenta de que me había abierto el brazo en una forma increíble. Pero eso no creo que fue en el salto desde el balcón, sino que debe haber sido en una situación cerca del escenario, cuando me caí al piso del lugar. Con precisión no lo puedo decir, pero realmente me interesó recién a la mañana siguiente. Era realmente doloroso y al pedazo de carne no se lo podía pegar con una cinta aisladora simplemente, por lo que tuve que ir al hospital para que me cosieran. Fue realmente apurado todo, porque al otro día debíamos viajar a nuestro próximo show en Chile. Me acuerdo que recién me examinaron cuando puse un billete de 100 dólares sobre la mesa y que el lugar en el que me operaban estaba siendo re tapizado. Esa fue mi experiencia sudamericana más incisiva, sin dudas.

1997

Se convirtió en un superconcierto